IRIS ROJAS

Nacida en Iquique en 1989, actualmente reside en Montreal, donde estudia Creación de Performance en Concordia University. Su formación comenzó en el Canto Lírico en la Universidad Católica de Chile y posteriormente en Fonoaudiología en la Universidad de Chile. Ha participado en agrupaciones y proyectos musicales como Escuelas de Rock Tarapacá, los festivales Carnaza y Alicanto, y el disco Eterno. Sus ámbitos de trabajo incluyen el diseño sonoro, la performance y la creación musical. Ha colaborado con compañías y artistas como La Última Compañía de Teatro, Cirqueras de Tarapacá, Teatro Akana, Daniela Portillo y Matar a un Panda Escénico. En Canadá ha trabajado como asistente de investigación y performer, y desarrolla el diseño sonoro de Concord Floral. Rojas cursó estudios en la Escuela de Diseño Escénico Regional, formando parte de su primera generación.

Metodología

Convocada por la colectiva Cirqueras de Tarapacá, Rojas trabajó a la par de los ensayos llevando laptop, interfaz y micrófonos; creó y lanzó sonidos en vivo mientras observaba las acciones, ajustando BPM según requerimientos de la directora. El proceso —no lineal— combinó improvisación en sala (loops y capas vocales) con grabaciones y ediciones posteriores en estudio para depurar calidad y estructura.

Fase inicial

La referencia central fue la figura de Elena Caffarena y la lucha por derechos de las mujeres y la clase obrera, y también se exploraron dualidades escénico-musicales (soledad/camaradería, sutileza/fuerza, lúdico/contestatario). Por disciplina, Rojas distinguió enfoques: en teatro suele componer canciones y texturas autorales; en circo, la música y el diseño sonoro asumen protagonismo continuo y deben proveer “disparadores” permanentes para la acción.

Diseño

Se definió la música como motor narrativo: el “coro” de arengas grabadas a las artistas se transformó en canciones de slogan rítmico a batería y guitarra. Se integraron voces externas para ampliar paleta (Jesús Zuleta como voz de radio; Guiselle como cantante). La partitura combinó música en vivo, loops procesados y playback de materiales depurados, manteniendo diálogo constante con el grupo.

Realización

Las ideas iniciales se consolidaron en composiciones y paisajes sonoros que acompañaron y estructuraron las escenas; la obra se acortó durante el proceso, afinando transiciones y energías. Se documentó con apuntes, bocetos y fotografías de ensayo para seguimiento y comunicación interna. El resultado integra música original, grabaciones de arengas y diseño sonoro performativo, adaptable a las condiciones del espacio (ensayos a cielo abierto y posterior trabajo de estudio) y a la dinámica de una compañía circense colaborativa.